Leer es comprender que nos quiere
decir un texto, pero primero que nada hay que enseñarle al niño a que lea por
placer y no por obligación, por lo cual se hace necesario que los padres
eduquen con el ejemplo, mostrándoles actitudes positivas a sus hijos hacia la
lectura, propiciándoles de esta manera un ambiente familiar lector agradable
donde el niño se motive a participar en el desarrollo de la lectura.
Por tal motivo, se deben realizar
lecturas en el hogar junto con el niño, donde el adulto pueda tomar la
iniciativa de leer primero y luego el niño la misma lectura, realizando así una
toma de turno en relación a lo que se está leyendo, y se seleccionen textos con
temas de interés para el niño, a fin de motivarlo hacia ésta.
Siguiendo este orden de ideas, al
momento de leer con el niño, siempre se debe tener presente como meta la
comprensión del texto, para así animarlo a que cada lectura tiene un sentido y
nos quiere decir algo.
En consecuencia, en casa se debe
trabajar la rutina de la lectura de manera constante, para así lograr que el
niño comprenda que el hábito de la lectura forma parte de su día a día.
Por: Lic. Katreen González
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