Para
los griegos la Xenofobia es la composición de las palabras “Xenos” (extranjero)
y “Phobos” (rabia o miedo). Es el odio, antipatía, rechazo a los extranjeros.
Por lo contrario, su antónimo viene a ser XENÓFILO, simpatía, aprecio hacia los
extranjeros. Los venezolanos somos xenófilos, ya que por nuestro origen la
mayoría somos productos de mezclas de diferentes razas, con sus respectivas
lenguas, costumbres, características humanas, credo, religión. Muchos somos los
venezolanos a quienes nos corre sangre extranjera por las venas, es uno de los
motivos por lo que hemos integrado a los que llegaron a nuestro país por
distintas razones, incluso antes de la independencia y no desde ahora o al
culminar la I y II guerra mundial, o más reciente data por los desmanes
cometidos por las dictaduras en diferentes países de la región y otras
latitudes. Conocemos al señor del abasto, de la carnicería, de la panadería,
del restaurant, del taller mecánico, de latonería y pintura, de la mueblería,
la tienda de ropas, etc. etc., a sus familias, ¿cuántos de nosotros tuvimos
profesores extranjeros, amigos, compañeros de estudios? hemos observado en
estos recientes días a ex representantes de otros países pidiendo disculpas por
hechos demostrativos de poca solidaridad, como la deportación realizada por el
gobierno de Chile, ahora llamada expulsión anulada por el máximo tribunal en
ese país, las declaraciones de personas en otros países, españoles,
colombianos, ecuatorianos, peruanos, y las buenas referencias ofrecidas por
personeros uruguayos.
Para
todos es preocupante la situación que hemos atravesando y más aún muchos de
nuestros coterráneos, incluso desde antes de sus partidas al exterior, tratando
muchas veces de transitar por la vía que pudieron en la travesía dentro de nuestro
propio territorio nacional, sin nunca olvidar los inescrupulosos vejámenes y
delitos de los cuales fueron objetos en la misma.
En
la actualidad se han incrementado los aprietos con la grave situación de salud
y por consiguiente económica y de otras índoles por todos bien conocidas.
Con
todo respeto y sentimiento debo citar las trágicas noticias que nos llegan del
exterior de nuestros hermanos y hermanas, que los sorprendió la muerte en
distintas y extrañas circunstancias mediante asesinatos, violaciones, inducidos
a la prostitución u otras actividades nada edificantes.
También
observo con mucha preocupación la forma despectiva con la cual muchos
compatriotas se expresan de los tantos otros que decidieron, optaron o se
vieron en la necesidad de irse del país buscando mejores horizontes y luego se
ven atravesando precarias condiciones.
Un
amigo italiano, me contó fue a Italia después de muchos años, lo trataron muy
mal, lo peor fue la comparación que de él hicieron con “animales venezolanos”.
Claro su molestia fue mayor ya que sus hijos son al igual que tú lector o yo,
también venezolanos.
Tenemos
otra nueva realidad que era de esperarse, muchos de nuestros nacionales que
ahora residen en el exterior tienen hijos nacidos en el exterior bien sea con
sus parejas también nacionales y otras de esos u otros países, lo que viene a
constituir situaciones reguladas por el derecho de índole internacional, donde
se involucran países y lo más importante personas adultas, niños, niñas y
adolescentes, ellos para propios y extraños por una parte son o pueden ser
considerados nacionales o extranjeros, todo dependiendo de la normativa legal
que rige en esos países donde se encuentren o si deciden tener doble
nacionalidad, pero al fin los cuales también son nuestras familias, todos somos
venezolanos.
Por: Juan Ochoa
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