Como me llamó mucho la atención, le hice el comentario a otra
amiga que es terapeuta conductual y me dijo que seguramente tenía el Síndrome
de Peter Pan y como sabe que soy curiosa de esas cosas, me animó a averiguar y
he aquí lo que conseguí:
En el año 1983 el Dr. Dan Kiley (psicólogo clínico), escribió un
libro llamado “El síndrome de Peter Pan:
los hombres que nunca crecieron”. En
el mismo el Dr. Kiley explica que el síndrome se define por una serie de
características que sufre una persona que no acepta las obligaciones propias de
su edad adulta.
Son personas inmaduras, narcisistas, egocéntricas, egoístas y no
toleran frustraciones. Les da un
terrible miedo enfrentarse a la vida real porque carecen de las armas adecuadas
para hacerlo, no pudiendo desarrollar los roles propios de la edad (vivir en pareja, ser padres, etc.).
El síndrome se debe a dos posibles causas: por tener una infancia
demasiado feliz o infeliz.
La primera se produce por tener una familia complaciente que lo
hace sentir el centro del universo o por tener una madre dominante y sobreprotectora; aquí hablamos de lo se conoce como el
Síndrome de Wendy (todo lo contrario).
En este caso, el paciente busca inmortalizar esos momentos hermosos
vividos en la infancia. La segunda causa
se produce cuando se ha tenido una infancia demasiado difícil y el individuo
siente esa necesidad de recuperar el tiempo perdido.
La mayoría de los estudios sostienen que este síndrome es
frecuente cuando no ha existido un apoyo afectivo estable, se ha sido demasiado
permisivo o ha existido un déficit escolar.
Es frecuente que haya depresión, angustia y ansiedad. El sujeto se hace una coraza psicológica para
no percibir el paso del tiempo (se dice que Michael Jackson sufría de dicho
síndrome), pero hay momentos en que la
misma desaparece por situaciones impredecibles y es cuando el sujeto se
encuentra con las manos vacías y una vida irrealizada.
Si usted cree que tiene o padece alguno de estos síntomas o si
como padre/madre está observando una conducta irregular en su adolescente,
joven o adulto maduro les invito a realizar una visita al psicólogo para que
proceda al tratamiento correspondiente y haga de ese individuo (hombre o mujer,
aunque generalmente es el hombre quien lo padece) sea una persona realmente
feliz.
Por: Rosalinda González
Ig. @ref_lexionesdemivida
/ Fb. Reflexiones de mi vida
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